domingo, 13 de abril de 2014







                         
     

DIÁLOGO Ó TERAPIA DE GRUPO.-
En el país se creó una expectativa razonable por el anuncio de que el gobierno convocaba a un diálogo con la oposición. Para despertar más el interés por este supuesto diálogo se informó que sería transmitido en cadena de radio y televisión.
La iniciativa de reunirse con el gobierno para conversar acerca de asuntos concernientes a la conducción del país partió del partido MUD, que desde hace algún tiempo y en forma reiterada había solicitado al gobierno la concreción de un dialogo, para analizar y acordar acciones, con el fin de afrontar las grandes dificultades que atraviesa el país, que han motivado a estudiantes y sociedad civil a salir a las calles a protestar contra las políticas del gobierno trayendo como consecuencia una represión brutal y decenas de muertes como resultado de las acciones gubernamentales, claramente violatorias, en forma extrema, de los derechos humanos  
El gobierno se hizo eco de esta petición y con taimada intención, para evitar la discusión directa de su negativa gestión, ocultar su criminal represión y enviar el mensaje subliminal de que la violencia en las protestas estaba del lado de los opositores, trató de enmarcar el diálogo dentro del tema único de la búsqueda de la paz. Maniobra de distracción para ocultar que el verdadero culpable de la violencia es el propio gobierno. Pero no resultó exitoso su malsano propósito, pues la violencia genética que caracteriza a sus partidarios no pudo ser reprimida, como ya se ha hecho costumbre, y el encuentro para un supuesto diálogo se convirtió en una especie de terapia de grupo donde los representantes del gobierno descargaron todo su odio y se empeñaron en descalificar a sus adversarios. Su actuación fue todo lo contrario a lo que se espera sea el comportamiento de quienes se reúnen para dialogar acerca de la paz.
Dialogar no significa que necesariamente debe haber un acuerdo entre los interlocutores, pero cuando cualquiera de los dialogantes va más allá de la manifestación de sus propias ideas y cae en la ofensa, el reclamo y la descalificación del otro como una especie de desahogo de reconcomios represados, el dialogo deja de ser tal para convertirse en una especie de terapia de grupo donde cada quien expresa sus inquietudes y sus temores, en descarga de sus propias emociones, desnaturalizando la esencia misma del diálogo
Lo expresado anteriormente quedó plenamente demostrado si tomamos en cuenta las actuaciones de los voceros gubernamentales. Así mientras hablaban de paz el recién ascendido a capitán del ejército, diputado aunque la constitución se lo prohíba, y presidente de la Asamblea Nacional enviaba un tuiter llamando asesino a un vocero de la oposición que intervenía en ese momento. El psiquiatra del régimen, pisoteando la ética profesional de su especialidad como médico, le espetó a un dirigente sindical opositor una frase que demuestra su miseria humana al decirle en forma por de más grosera “Usted me cae mal Muy mal”, lo que hace pensar que, si bien en forma acertada el gobierno cuenta con un psiquiatra, la actuación de sus correligionarios demuestran a las claras que como psiquiatra de sus compañeros pareciera que no es muy bueno
Creer a estas alturas, después de quince años en ejercicio del poder, que  el régimen tiene la intención de dialogar y llegar a acuerdos con sectores que le adversan, luce incongruente. Ya en otras oportunidades cuando se ha visto en apuros ha convocado a “diálogos” que han quedado tan solo en el recuerdo.
Las actuaciones de quienes detentan el poder en Venezuela, incluyendo a los Castro de Cuba, han demostrado hasta la saciedad que la consecución de su proyecto político está íntimamente ligado a la forma autoritaria de gobierno que se define como “sistema fundado en la sumisión a la autoridad” (DRAE), por lo que un gobierno de esta naturaleza no dialoga con su oponente, a quien no considera un adversario político sino un enemigo a quien hay eliminar. Haciendo la salvedad que los métodos propios del gobierno venezolano, para eliminar a sus adversarios, aún cuando la influencia de Cuba es determinante en este gobierno, obviamente son distintos al paredón de fusilamiento  al que recurre el gobierno tiránico de la isla antillana En Venezuela la eliminación del adversario político se hace a través de su inhabilitación política, encarcelamiento ó destierro Aunque necesario es recordar que han existido algunos casos que hacen sospechar que el método cubano de la eliminación física del opositor no se ha extinguido por completo.
El difunto Chávez gritaba a voz en cuello que su revolución era pacífica pero armada. En la práctica pensar que se puede  dialogar con quienes están armados y dispuestos a utilizar la violencia para imponer sus puntos de vista es simplemente un despropósito. De ello están conscientes tanto gobierno, como oposición, pero el partido MUD quien lleva sobre su espalda una cadena de derrotas continuadas percibió que un acto con tales características serviría para reponerse un poco de la opinión adversa que han generado sus derrotas.. Desde el punto de vista del gobierno la concreción de un encuentro con factores opositores le permitía desviar la atención de los innumerables problemas que padecen los venezolanos por culpa de la actuación perversa de su gestión, y muy especialmente aminorar el impacto negativo de su inocultable violación de los derechos humanos frente a las protestas estudiantiles que se han extendido a la sociedad civil y  que han puesto al gobierno contra la pared
Ningún acuerdo importante surgirá de este intento de supuesto “diálogo”, aunque no es descartable que el gobierno para disimular su verdadera intención distraccionista convenga en algunos puntos irrelevantes  Lo cierto es que el partido MUD y el gobierno logran, a través del subterfugio de un supuesto “diálogo”, mantenerse en la cresta de la ola de la opinión pública, lo cual no es desdeñable  para quienes ejercen el gobierno ni para aquellos que hacen vida política como opositores. A título personal creemos que los encuentros de gobierno y factores de oposición bajo el cognomento de un supuesto “diálogo” es un accidente más en el camino tortuoso que transitan los venezolanos como consecuencia de un  gobierno que, conforme a su despiadada actuación, se puede calificar, sin temor a equivocaciones, como una cruenta dictadura. Es una realidad que debe impulsar con mayor fuerza la lucha cívica
                                                                             Beltrán Angarita
                                   
                                                                               @bangaritac

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