DIÁLOGO Ó TERAPIA DE GRUPO
En el país se creó una expectativa razonable por el anuncio de que el gobierno convocaba a un diálogo con la oposición. Para despertar más el interés por este supuesto diálogo se informó que sería transmitido en cadena de radio y televisión.
La iniciativa de reunirse con el gobierno para
conversar acerca de asuntos concernientes a la conducción del país partió del
partido MUD, que desde hace algún tiempo y en forma reiterada había solicitado
al gobierno la concreción de un dialogo, para analizar y acordar acciones, con
el fin de afrontar las grandes dificultades que atraviesa el país, que han
motivado a estudiantes y sociedad civil a salir a las calles a protestar contra
las políticas del gobierno trayendo como consecuencia una represión brutal y
decenas de muertes como resultado de las acciones gubernamentales, claramente
violatorias, en forma extrema, de los derechos humanos
El gobierno se hizo eco de esta petición y con
taimada intención, para evitar la discusión directa de su negativa gestión,
ocultar su criminal represión y enviar el mensaje subliminal de que la
violencia en las protestas estaba del lado de los opositores, trató de enmarcar
el diálogo dentro del tema único de la búsqueda de la paz. Maniobra de
distracción para ocultar que el verdadero culpable de la violencia es el propio
gobierno. Pero no resultó exitoso su malsano propósito, pues la violencia
genética que caracteriza a sus partidarios no pudo ser reprimida, como ya se ha
hecho costumbre, y el encuentro para un supuesto diálogo se convirtió en una
especie de terapia de grupo donde los representantes del gobierno descargaron
todo su odio y se empeñaron en descalificar a sus adversarios. Su actuación fue
todo lo contrario a lo que se espera sea el comportamiento de quienes se reúnen
para dialogar acerca de la paz.
Dialogar no significa que necesariamente debe haber
un acuerdo entre los interlocutores, pero cuando cualquiera de los dialogantes
va más allá de la manifestación de sus propias ideas y cae en la ofensa, el
reclamo y la descalificación del otro como una especie de desahogo de
reconcomios represados, el dialogo deja de ser tal para convertirse en una
especie de terapia de grupo donde cada quien expresa sus inquietudes y sus
temores, en descarga de sus propias emociones, desnaturalizando la esencia
misma del diálogo
Lo expresado anteriormente quedó plenamente
demostrado si tomamos en cuenta las actuaciones de los voceros gubernamentales.
Así mientras hablaban de paz el recién ascendido a capitán del ejército,
diputado aunque la constitución se lo prohíba, y presidente de la Asamblea
Nacional enviaba un tuiter llamando asesino a un vocero de la oposición que
intervenía en ese momento. El psiquiatra del régimen, pisoteando la ética
profesional de su especialidad como médico, le espetó a un dirigente sindical
opositor una frase que demuestra su miseria humana al decirle en forma por de
más grosera “Usted me cae mal Muy mal”, lo que hace pensar que, si bien en
forma acertada el gobierno cuenta con un psiquiatra, la actuación de sus correligionarios
demuestran a las claras que como psiquiatra de sus compañeros pareciera que no
es muy bueno
Creer a estas alturas, después de quince años en ejercicio
del poder, que el régimen tiene la
intención de dialogar y llegar a acuerdos con sectores que le adversan, luce
incongruente. Ya en otras oportunidades cuando se ha visto en apuros ha
convocado a “diálogos” que han quedado tan solo en el recuerdo.
Las actuaciones de quienes detentan el poder en Venezuela,
incluyendo a los Castro de Cuba, han demostrado hasta la saciedad que la
consecución de su proyecto político está íntimamente ligado a la forma
autoritaria de gobierno que se define como “sistema fundado en la sumisión a la
autoridad” (DRAE), por lo que un gobierno de esta naturaleza no dialoga con su
oponente, a quien no considera un adversario político sino un enemigo a quien
hay eliminar. Haciendo la salvedad que los métodos propios del gobierno
venezolano, para eliminar a sus adversarios, aún cuando la influencia de Cuba
es determinante en este gobierno, obviamente son distintos al paredón de
fusilamiento al que recurre el gobierno
tiránico de la isla antillana En Venezuela la eliminación del adversario
político se hace a través de su inhabilitación política, encarcelamiento ó
destierro Aunque necesario es recordar que han existido algunos casos que hacen
sospechar que el método cubano de la eliminación física del opositor no se ha
extinguido por completo.
El difunto Chávez gritaba a voz en cuello que su
revolución era pacífica pero armada. En la práctica pensar que se puede dialogar con quienes están armados y
dispuestos a utilizar la violencia para imponer sus puntos de vista es
simplemente un despropósito. De ello están conscientes tanto gobierno, como
oposición, pero el partido MUD quien lleva sobre su espalda una cadena de
derrotas continuadas percibió que un acto con tales características serviría
para reponerse un poco de la opinión adversa que han generado sus derrotas.. Desde
el punto de vista del gobierno la concreción de un encuentro con factores opositores
le permitía desviar la atención de los innumerables problemas que padecen los
venezolanos por culpa de la actuación perversa de su gestión, y muy
especialmente aminorar el impacto negativo de su inocultable violación de los
derechos humanos frente a las protestas estudiantiles que se han extendido a la
sociedad civil y que han puesto al gobierno
contra la pared
Ningún acuerdo importante surgirá de este intento de
supuesto “diálogo”, aunque no es descartable que el gobierno para disimular su
verdadera intención distraccionista convenga en algunos puntos
irrelevantes Lo cierto es que el partido
MUD y el gobierno logran, a través del subterfugio de un supuesto “diálogo”,
mantenerse en la cresta de la ola de la opinión pública, lo cual no es
desdeñable para quienes ejercen el
gobierno ni para aquellos que hacen vida política como opositores. A título
personal creemos que los encuentros de gobierno y factores de oposición bajo el
cognomento de un supuesto “diálogo” es un accidente más en el camino tortuoso
que transitan los venezolanos como consecuencia de un gobierno que, conforme a su despiadada
actuación, se puede calificar, sin temor a equivocaciones, como una cruenta
dictadura. Es una realidad que debe impulsar con mayor fuerza la lucha cívica
Beltrán
Angarita
@bangaritac
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